Sudáfrica 2010 no será un mundial que pase a la historia por el juego que se está desplegando en la primera fase. Al contrario, y como suele ser habitual en las grandes citas, la mayoría de los equipos han salido al campo atenazados por los nervios, lo que ha hecho que nos regalen en muchos partidos un espectáculo soporífero. En el mundial en el que nade destaca realmente, lo que de verdad llama la atención es la tragedia: la tragedia personificada en los porteros y en selecciones como Italia y sobre todo Francia.
Sin embargo, a pocos les sorprende el papelón que está haciendo Francia. Todos sabíamos que en la fase de clasificación el equipo había sido un desastre y que Domenech es el mayor inepto que se ha visto en un banquillo en la última década, pero todavía esperábamos que el nombre de Francia les hiciera crecerse ante la adversidad.
Domenech es un entrenador lamentable, pero más lamentable es una federación que le sigue manteniendo en el puesto, sabiendo que no cuenta con ningún apoyo. A Anelka se le fue la cabeza en un momento determinado, como tantas veces a lo largo de su carrera, pero Domenech nunca la ha tenido, al menos para dirigir a un combinado de tanto peso. Por eso, el director de la federación francesa ha dimitido hoy, ante la presión de unos jugadores a los que les han faltado las formas, pero que tienen razones de sobra para el motín. La federación de una selección como Francia no puede tirar un mundial, pensando en el futuro con Blanc y dejando que un hombre en el que ya no confían les siga representando en la cita más importante del mundo del fútbol.
Aunque Francia se ha enfrentado a rivales serios como Uruguay y México y, en cierta medida, es comprensible que los bleus hayan caído ante selecciones con mucho talento emergente. Sin embargo, hay que buscar mucho para encontrar el talento en Nueva Zelanda y, con lo poco que tiene, la selección de Oceanía ha conseguido empatar frente a una Italia que ha sido incapaz de crear verdaderas ocasiones de peligro.
Nueva Zelanda ocupa el puesto 78 en la clasificación mundial de la FIFA y está en el mundial gracias al pobre nivel del fútbol en Oceanía. Asimismo, debo reconocer que Nueva Zelanda ha mejorado mucho desde que el año pasado cayera (5-0) en la Copa Confederaciones frente a España. Ese día, Nueva Zelanda me pareció el equipo internacional más flojo contra el que se había enfrentado nuestra selección desde la época de Camacho. Este año, ya ha demostrado que es una selección con muchísimo oficio y ha justificado de sobra su presencia en Sudáfrica. Este mundial nos va a servir para darnos cuenta de que el fútbol cada vez está más igualado, puesto que en el fútbol de hoy en día es muy difícil encontrarse con una auténtica cenicienta: Nueva Zelanda tiene dos puntos y Corea del Norte se lo puso difícil a Brasil y eran, a priori, las dos selecciones más flojas de la cita mundialista.
En resumen, el inicio del mundial nos ha dado pocas pistas para adivinar quiénes son los equipos que llegaran lejos. De todos modos, me atrevo a aventurar que, independientemente de que pasen o no la primera fase, Italia y Francia caerán pronto en las eliminatorias porque por muy clásicos de Europa que sean, de donde no hay no se puede sacar. Por eso, pese a los tropiezos españoles e ingleses, sigo manteniendo la apuesta que hice antes del inicio del mundial.
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