jueves, 24 de junio de 2010

El bipartidismo se afianza en nuestra liga

La temporada pasada acabó con unas cifras impresionantes para los dos históricos de nuestro fútbol: el Barcelona fue campeón con 99 puntos y el Real Madrid quedó segundo con 96. Sin embargo, lo verdaderamente asombroso son los 25 puntos que separaron al equipo de Chamartín del tercer clasificado, el Valencia. 25 puntos que pueden verse aumentados en la clasificación del año que viene, si los fichajes se siguen sucediendo en el mismo sentido en el que lo están haciendo en lo que llevamos de verano.

La marcha de Villa es algo que no sorprende a nadie, puesto que era difícil mantener al delantero con más hambre del momento en un equipo que no es campeón. Además, el movimiento resultó incluso positivo para el Valencia. Sacó un buen pellizco y se trajo a Soldado, que lejos del nivel del guaje, es un delantero que promete mínimo 15 goles por temporada y que podría contribuir a mantener el estatus Champions en el que el Valencia debería instalarse. Sin embargo, los rumores de los últimos días no dan muchas esperanzas a los seguidores valencianistas sobre el futuro deportivo de su club.

Si se confirma la marcha de Mata y Silva, como seguramente ocurrirá, el Valencia se convertiría en un equipo que se instalaría en la mediocridad que hoy en día reina en la liga española. La situación económica ha obligado a vender a Villa y acabará por sacar a Mata y Silva del equipo, pero me parece que es inevitable que una operación salida de este calibre acabe siendo traumática para el rendimiento de un equipo. No se puede sustituir así como así a las tres principales figuras de un equipo y, si se puede optar por una remodelación parcial, no entiendo porque se pretende sanear al club a toda prisa sacrificando los resultados que se puedan obtener en las próximas temporadas.

El Valencia ha encontrado un sustituto de garantías para Villa, pero que el señor Llorente tenga claro que no encontrará nada parecido a Mata y a Silva en el mercado por mucho que busque y menos a precio de saldo. Por lo tanto, parece claro que para los dirigentes del Valencia clasificarse para la Champions el año que viene sería un exitazo que prácticamente ni contemplan. Por eso, con el Valencia totalmente fuera de la pelea, sólo quedan dos equipos que se atreven a desafiar al dominio de los clásicos, el Atlético y el Sevilla y seguramente ninguno de los dos aguantará el tirón ni siquiera las 10 primeras jornadas.

El Sevilla es ahora mismo el tercero en discordia porque es el que más tiene. Tiene una plantilla muy amplia y puede aguantar la marcha de algún jugador que seguramente se va a producir este verano, pero tampoco será lo mismo sin Navas o Luis Fabiano. Además, me parece que la secretaría técnica de los sevillanos no está tan acertada en las últimas temporadas como lo estaba en años anteriores y las posibilidades de reestructuración del equipo son cada vez menores. El Sevilla lleva mucho tiempo viviendo de las rentas y el peso del equipo lo siguen llevando los mismos jugadores de siempre, que son los que están pensando en dar el salto hacia un club más grande.

Por último, queda el atlético, el caso más esperpéntico de todos. El caso que confirma que si Madrid y Barça tienen una ventaja tan abismal es gracias a la incompetencia del resto o al menos de algunos como el Atlético. El atlético está mal dirigido desde la época del doblete, todo el mundo lo sabe y nadie hace nada para evitarlo. El Atlético viene de jugar dos finales y Gil Marín se encarga de trasmitir un mensaje de austeridad, como si no se hubiese recaudado nada en este año. Este señor aprovecha el contexto de crisis económica para seguir sin invertir ni un euro, cuando el atlético gana ahora más dinero que nunca y cuando era el momento de dar el gran salto en lo deportivo.

Gil Marín está como loco por sacar dinero por Forlán o Agüero, pero el clamor popular y los técnicos no dejaran que ninguno de los dos se mueva del Manzanares, salvo que llegue una oferta tremebunda que, según parece, este año no va a llegar. Sin embargo, el problema del Atlético será el mismo de la temporada pasada, el atlético no crecerá, el Atlético no hará mayor contratación que la de Tiago (si es que la hace) y quizás le dé para ser tercero gracias a algún nuevo descubrimiento en su excelente cantera.

domingo, 20 de junio de 2010

Crónica de un desastre anunciado

Sudáfrica 2010 no será un mundial que pase a la historia por el juego que se está desplegando en la primera fase. Al contrario, y como suele ser habitual en las grandes citas, la mayoría de los equipos han salido al campo atenazados por los nervios, lo que ha hecho que nos regalen en muchos partidos un espectáculo soporífero. En el mundial en el que nade destaca realmente, lo que de verdad llama la atención es la tragedia: la tragedia personificada en los porteros y en selecciones como Italia y sobre todo Francia.

Sin embargo, a pocos les sorprende el papelón que está haciendo Francia. Todos sabíamos que en la fase de clasificación el equipo había sido un desastre y que Domenech es el mayor inepto que se ha visto en un banquillo en la última década, pero todavía esperábamos que el nombre de Francia les hiciera crecerse ante la adversidad.

Domenech es un entrenador lamentable, pero más lamentable es una federación que le sigue manteniendo en el puesto, sabiendo que no cuenta con ningún apoyo. A Anelka se le fue la cabeza en un momento determinado, como tantas veces a lo largo de su carrera, pero Domenech nunca la ha tenido, al menos para dirigir a un combinado de tanto peso. Por eso, el director de la federación francesa ha dimitido hoy, ante la presión de unos jugadores a los que les han faltado las formas, pero que tienen razones de sobra para el motín. La federación de una selección como Francia no puede tirar un mundial, pensando en el futuro con Blanc y dejando que un hombre en el que ya no confían les siga representando en la cita más importante del mundo del fútbol.

Aunque Francia se ha enfrentado a rivales serios como Uruguay y México y, en cierta medida, es comprensible que los bleus hayan caído ante selecciones con mucho talento emergente. Sin embargo, hay que buscar mucho para encontrar el talento en Nueva Zelanda y, con lo poco que tiene, la selección de Oceanía ha conseguido empatar frente a una Italia que ha sido incapaz de crear verdaderas ocasiones de peligro.

Nueva Zelanda ocupa el puesto 78 en la clasificación mundial de la FIFA y está en el mundial gracias al pobre nivel del fútbol en Oceanía. Asimismo, debo reconocer que Nueva Zelanda ha mejorado mucho desde que el año pasado cayera (5-0) en la Copa Confederaciones frente a España. Ese día, Nueva Zelanda me pareció el equipo internacional más flojo contra el que se había enfrentado nuestra selección desde la época de Camacho. Este año, ya ha demostrado que es una selección con muchísimo oficio y ha justificado de sobra su presencia en Sudáfrica. Este mundial nos va a servir para darnos cuenta de que el fútbol cada vez está más igualado, puesto que en el fútbol de hoy en día es muy difícil encontrarse con una auténtica cenicienta: Nueva Zelanda tiene dos puntos y Corea del Norte se lo puso difícil a Brasil y eran, a priori, las dos selecciones más flojas de la cita mundialista.

En resumen, el inicio del mundial nos ha dado pocas pistas para adivinar quiénes son los equipos que llegaran lejos. De todos modos, me atrevo a aventurar que, independientemente de que pasen o no la primera fase, Italia y Francia caerán pronto en las eliminatorias porque por muy clásicos de Europa que sean, de donde no hay no se puede sacar. Por eso, pese a los tropiezos españoles e ingleses, sigo manteniendo la apuesta que hice antes del inicio del mundial.